Todo el plan estaba perfectamente calculado no había margen de error, teníamos que salir de ahí victoriosos. Con la ayuda de los grifos Caspian, Peter, Susan, Edmund y yo nos aproximábamos con suma cautela al palacio, Edmund logro deshacerse del guardia de la torre bastante rápido mientras Peter, Susan, Caspian y yo nos encargábamos de aquellos que hacían su guardia en los alrededores internos del castillo. Cuando por fin pudimos entrar, Caspian y yo fuimos en busca de nuestro tutor, bajamos escaleras por montones, quitamos a todos los guardias que estaban en nuestro camino hasta que llegamos con el profesor, mientras yo vigilaba la puerta de la celda, mi primo liberaba a nuestro tutor –No puedo irme mi Sr. La venganza no lleva a nada bueno, además usted debe saber que su padre…- -¿Qué con mi padre?- dijo Caspian petrificado –su tío puede contestarle esa pregunta- le contesto el anciano haciendo que Caspian corriera escaleras arriba -¡Caspian!- le grite mientras lo seguía.
-Levántate- le dijo Caspian a Miraz apuntando su espada al cuello de su tío, al levantarse de la cama, despertó a su esposa, la cual dijo –Caspian… ¿qué pasa?- -¡Cállate!- grito Caspian asustado –Tu mataste a mi padre ¿cierto?- dijo mi primo de forma acusadora -No se de que hablas- le contesto Miraz de manera poco creíble –No lo niegues, sabes que es así- -Caspian baja esa espada- -No tu baja ese arco- le grite a mi tía mientras entraba de forma inesperada a la habitación –que acaso el rey no tiene privacidad- dijo Miraz de forma sarcástica -déjate de bromas y confiesa- contesto Caspian –Caspian que diablos haces teníamos que seguir el plan- -¡NO!, no hasta saber la verdad sobre mi padre- -sabes Caspian tienes razón yo mate a tu padre- -dijiste que tu hermano murió dormido- dijo mi tía bajando poco a poco el arco –Si fue mas o menos cierto- -¿porqué?-cuestiono su esposa –por la misma razón que vas a disparar esa flecha… Por nuestro hijo- dijo Miraz mientras se acercaba a Caspian –Yo quería en trono pero mi hermano se lo quedo, yo quería que mi sangre siguiera en el trono, pero lo único que me lo impedía eras tu- con cada palabra se acercaba mas a Caspian, y la espada al cuello de Miraz en cuanto mi tía vio la primera gota de sangre disparó su flecha, mientras mi primo caía al suelo Miraz huía para alertar a sus tropas y con ellas a mi padre, esto estaba apunto de convertirse en un reencuentro familiar entre tío y sobrino entre padre e hija.
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